Me gusta que las personas me cuenten sus historias. Me gusta escucharlas y aprender de ellas. Me gusta observar las distintas situaciones y ver la vida pasar, aprovechando cada momento. Sí, me gusta sentarme y ver el inmenso cielo, azul. Sentir el aire en mis mejillas. Sentir esa paz y tranquilidad. Me gusta evadirme por momentos y volar. Mi imaginación no tiene límites. Me gusta pensar que los sueños se pueden hacer realidad. Me gusta soñar. Me gusta, cuando voy de fiesta, aprovecharla bien, sí, hasta que me muera del dolor de píes; bailar. Bailar mucho. Sentir la música dentro de mí. Me gusta sentir que quiero a los míos. Me gusta sonreír, reír a carcajadas. Lo hago la mayor parte del tiempo. Es algo fundamental en mi vida, me ayuda cada día. Me río de todo y por nada. Me gusta arrojar lágrimas cuando me siento impotente. Me siento más libre y desahogada y eso, también me gusta. Pero me gusta más, arrojarlas por felicidad. Me gusta ese beso, todas las mañanas al despertar, mientras todavía duermo. Me gusta saber que hay alguien ahí afuera esperando por mí. Que se preocupa y siente lo mismo que yo. Me gusta sentirme bien. Sentirme arropada. Me gusta saber que sólo es con él.